¡Buenos días!
A día de hoy, nadie puede negar la importancia de manejar las nuevas tecnologías en la carrera profesional de un traductor. Tanto la documentación como la promoción, pasando por la traducción en sí, requieren en la mayoría de los casos un dominio de las herramientas TAO, de las TIC y de los entornos digitales en general.
«…es evidente que hoy en día la competencia TIC es más bien un requisito para la traducción profesional. Se puede traducir sin las TIC, pero sólo en condiciones excepcionales. La competencia TIC no es la misma y no forma parte intrínseca de la competencia traductora, pero es un complemento muy potente». – Richard Samson
Si esto es así, ¿por qué este tema se ‘olvida’ en los estudios de traducción? En el caso de la Facultad de Traducción e Interpretación de la Universidad de Valladolid, la enseñanza de las tecnologías se reduce a una asignatura obligatoria de Informática (6ECTS) y a un módulo optativo (12ECTS). ¿Es qué estamos obligados a aprender todo esto por nuestra cuenta al iniciar nuestra andadura en el mundo laboral? ¿Por qué ninguneamos a las nuevas tecnologías en la enseñanza de una profesión tan dependiente de las mismas? Si de por sí no es fácil entrar en el mundo laboral, un traductor sin experiencia profesional ni conocimientos sobre tecnología lo tiene muy difícil. En mi opinión, las TIC deberían formar una parte fundamental en los estudios de traducción, al mismo nivel que la documentación o la traducción. En muchas ocasiones, ni los propios alumnos se dan cuenta de su importancia, y gran culpa de ello la tiene el plan académico de nuestras carreras.
Recomiendo leer el siguiente artículo de Vert Bolaños y Olalla-Soler sobre el uso y la percepción de las tecnologías de la traducción por parte de los estudiantes de traducción, así como el artículo del que se ha extraído la ilustración, que analiza la formación especializada en los másteres y doctorados de traducción.
Con esta entrada tan solo pretendo reivindicar la necesidad de aumentar la enseñanza de TIC, TAO, localización, gestión terminológica, etc. en los estudios de traducción. Y vosotros, ¿qué opináis? ¿Creéis como yo que se les debería dar mayor importancia, o que efectivamente el traductor tiene que formarse por su cuenta? Me gustaría que aportarais vuestras ideas y opiniones al respecto, así como vuestra propia experiencia.
Un saludo.